Hace poco me encontré con el perfil de instagram de @pancheu y llegué al video que ilustra e inspiró (previa autorización del autor) este post.
Desde muy chica estuve fascinada con el concepto, no siempre fácil de digerir, que somos responsables de nuestra propia felicidad. Relacionado directamente con las decisiones que tomamos y las historias que nos contamos.
Experimentamos y damos sentido al mundo que nos rodea a partir de nuestra propia interpretación de lo que percibimos. Muchas veces las historias que nos repetimos constantemente de manera inconsciente, se vuelven verdades absolutas y llegan a ser tan destructivas que nos alejan de la posibilidad de sentirnos valiosas, merecedoras pero por sobre todas las cosas, nos alejan de nuestra responsabilidad para con nuestra felicidad, otorgándole ese poder a otros (el pasado, amigos, pareja, familia, trabajo, situación mundial, etc)
Es cierto que el pasado no se puede cambiar, que a lo mejor vivimos situaciones muy dolorosas y que tampoco podemos controlar la mayoría de las circunstancias externas por las cuales atravesamos. Lo que también es cierto, es que entre aquello que nos pasa y la historia que nos contamos después, existe una libertad que Victor Frank llamó la última de las libertades humanas, la que nunca podrá ser arrebatada al ser humano: la libertad interior. La libertad de poder elegir nuestra actitud en cada circunstancia, aun cuando no podamos cambiarla.
Catherine Burns, experta en storytelling, dice: “no es lo mismo contar una historia desde nuestras heridas, que hacerlo desde la cicatriz”. Para darles un ejemplo, en su biografía autorizada Steve Jobs dijo lo siguiente: "Saber que era adoptado me volvió más independiente, pero nunca me sentí abandonado. Siempre me sentí especial porque había sido "elegido".
Será en la forma que decidas contar tu historia, lo que marcará una diferencia en tu vida.
Quizás, como dice el video, la mayor demostración de amor propio que podemos tener es contarnos la historia mas linda que podamos.
댓글