La dependienta fue la primera novela que leí escrita por una autora Japonesa, Sayaka Murata. Si bien es una novela corta de 162 páginas que perfectamente pueden leerse de un tirón en una tarde lluviosa, yo decidí disfrutarla de poco.
La protagonista principal de esta historia es Keiko Furukura, una mujer de 36 años, soltera que nunca ha tenido pareja. Keiko trabaja por horas como dependiente en una tienda Konbini, un supermercado japonés abierto 24 horas.
Nunca ha entendido bien las preocupaciones de su familia ( y más tarde colegas y amigos) ante su forma de inteligir el mundo: “Como en el fondo no quería disgustarlos ni obligarlos a disculparse una y otra vez, decidí hablar lo mínimo cuando estuviera fuera de casa. Me limitaba a imitar a los demás y a obedecer órdenes, pero dejé de actuar por mi cuenta”.
“(...) mis padres seguían preocupados porque no me integraba en la sociedad. Mientras seguían buscando fórmulas para “curarme”, pasé de niña a adulta”.
Su trabajo en la tienda, aparece como un lugar que brinda una identidad, “la dependienta”, en oposición a todo lo que Keiko no “es” de acuerdo a los estándares aplicados por la sociedad a una mujer de su edad. La tienda, un mundo predecible, rutinario, guionado por un manual que dicta a los trabajadores como actuar y qué decir, aparece como una posibilidad de insertarse en el engranaje de la sociedad: “Entonces sentí por primera vez que formaba parte del mundo, como si acabara de nacer. Aquel día había surgido una nueva pieza que encajaba con total normalidad entre las demás: yo”. Pero lo que parece ser una alternativa para pasar desapercibida, no quedará por fuera de la minuciosa mirada de colegas, amigos y la sociedad en general.
“La vida que llevaba antes de “nacer” como dependienta de una tienda está envuelta en una nebulosa y no la recuerdo claramente”
Otro detalle que me gustó de esta novela es el hecho de que el dilema no sólo gira en torno a las presiones externas ejercidas sobre las mujeres tales como casarse, tener hijos, un trabajo permanente sino también sobre los hombres. Es en relación a este punto donde aparece Shiraha, como personaje secundario que cobra relevancia a medida que la novela avanza.
“Ahora mismo, tú eres una persona incomprensible para la sociedad. Ni estás casada ni tienes un empleo estable, por lo que no tienes ningún valor para ellos. La comunidad margina a los que son como tú”
Ambos, Keiko y Shiraha son objeto de constantes persecuciones que los enfrenta al dilema de ceder frente a las presiones externas buscando "encajar” o ser genuinos a su deseo.
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